La celebración tenía un motivo especial: un almuerzo que reunía a los tres afortunados ganadores del concurso de fotografía sobre los murales que embellecen la localidad.
La alcaldesa Lesbia Castillo, con su carismática sonrisa y un espíritu cercano, se sentó a la mesa con los ganadores. Era evidente que su intención iba más allá de compartir un momento culinario; ella deseaba mostrar que en Diego Ibarra, la humildad y el amor por la comunidad son pilares inquebrantables. Mientras servían los platos llenos de delicias típicas, la alcaldesa compartió anécdotas sobre el desarrollo del municipio, resaltando el papel vital que juega cada habitante en su crecimiento.
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Los ganadores, emocionados y agradecidos, expresaron su alegría por ser parte de esta experiencia única. Las palabras fluyeron como el manantial de buenos deseos que brota de un corazón generoso. «El amor se multiplica», decía la alcaldesa, recordando que cada acción positiva reverberaba en la vida de los diegoibarrences, creando un efecto dominó de felicidad y colaboración.
Con cada bocado, las carcajadas y las historias pasadas crearon un ambiente de camaradería que fortaleció los lazos entre la alcaldesa y sus ciudadanos. Este encuentro no solo fue un simple almuerzo; fue un símbolo palpable de conexión y unidad. Así, en medio de sabores y risas, la alcaldesa reafirmó su compromiso con el pueblo, demostrando que el amor sincero y la dedicación hacia Diego Ibarra son la receta perfecta para construir un futuro brillante.
Y así, con el corazón lleno de alegría, los diegoibarrences continuaron soñando, sabiendo qué juntos, amor con amor se paga.
