En la actualidad, la imagen de Venezuela y sus habitantes enfrenta una distorsión alarmante a nivel internacional. A menudo, se nos presenta como un país marcado por el caos y la descomposición, dejando en la sombra la rica diversidad y la resiliencia de su gente. Bien es sabido que, aunque siempre hay excepciones —la proverbial “oveja descarriada” en cada familia— es solo el 1-2% de nuestra población total y este grupo no debería definir a un país entero.
No obstante, los medios han decidido enfocar su lente en lo negativo, en aquello que vende más, generando odio y división entre naciones. El amarillismo, aunque controvertido, parece ser el camino más fácil para aumentar las audiencias y, por ende, obtener ingresos. Así, se perpetúa un ciclo que ahoga nuestro verdadero valor humano, dejando de lado historias de superación, unidad y amor por nuestra patria.
En este contexto adverso, desde el Municipio Diego Ibarra, en Mariara, estado Carabobo, surge una luz. La Alcaldesa y profesora Lesbia Castillo, junto con una juventud patriota, ha decidido alzar la voz y demostrar que el verdadero espíritu venezolano está vivo. Bajo el lema “Yo me alisto al tricolor” 💛💙❤️, se ha llevado a cabo un extraordinario despliegue de murales que no solo embellecen nuestras calles, sino que también llenan de orgullo a todos los que habitamos esta tierra bendita.
Este movimiento es un llamado profundo desde el corazón de nuestra patria, resonando con las palabras de nuestro presidente Nicolas Maduro, quien nos insta a defender la soberanía y a rechazar las injerencias extranjeras. Cada trazo de estos murales es una afirmación de nuestra determinación de seguir siendo libres, soberanos e independientes.
Es momento de cambiar la narrativa y mostrar al mundo que el gentilicio venezolano es sinónimo de fortaleza, alegría, y sobre todo, esperanza. ¡Viva la patria!