La alcaldesa Lesbia Castillo se ha convertido en un faro de luz en nuestra comunidad, y no solo por su liderazgo, sino por su profundo entendimiento de lo que significa realmente vivir. En sus emotivas palabras, ella nos invita a reflexionar sobre la esencia de la vida: «Aquí radica la vida, en las cosas simples». Este mensaje resuena en lo más hondo de nuestro ser, recordándonos que el verdadero valor no se mide por el estatus o las posesiones materiales, sino por la calidad de nuestros corazones.
En un mundo donde a menudo nos dejamos llevar por la prisa y las expectativas externas, resulta esencial detenernos y apreciar lo que verdaderamente importa. Como bien dice Lesbia, “Me importa igual si hoy me encuentro en el piso, o de pie, si tengo algo material o no tengo”. Esta perspectiva nos libera de las cadenas del materialismo y nos reconecta con lo auténtico.
Las sonrisas compartidas, las lágrimas de alegría y los pequeños momentos con nuestros seres amados son las joyas de nuestra existencia. Cada anécdota vivida, cada risa resonante en una reunión familiar, nos une a nuestra humanidad compartida. Somos, al final del día, “la misma gente”; una comunidad entrelazada por historias y experiencias que nos definen.
Por ello, en tiempos de incertidumbre y retos, es vital recordar las palabras de Lesbia: “Amemos lo más que podamos y disfrutemos de los pequeños detalles”. Cada instante vivido, cada conexión emocional, es un regalo que nos llevaremos al más allá.
Reflexionemos sobre esto y descubramos la belleza oculta en lo cotidiano. La vida nos ofrece una serie de momentos únicos que, aunque efímeros, son eternos en su significado. Al final del camino, son esos instantes lo que verdaderamente cuentan. Con amor y apreciación, celebremos cada día con el corazón abierto.
