En el corazón del municipio Diego Ibarra, en la pintoresca parroquia Aguas Calientes, la primera combatiente del estado Carabobo, Nancy de Lacava, se sentó a dialogar con Nohemí Pérez, una mujer que ha hecho de su pasión un legado. Nohemí no es solo una talentosa artesana: es una guardiana de la tradición y un faro de la creatividad venezolana. Su especialidad, la fabricación de muñecas artesanales, va más allá del simple arte; es un viaje a través de la historia y la identidad de su tierra.
Cada muñeca que Nohemí crea cuenta una historia. Con manos hábiles, da vida a figuras que reflejan no solo la belleza de la cultura venezolana, sino también los sueños y esperanzas de quienes las miran. Las telas vibrantes y los detalles delicados en cada pieza son testamentos del amor y la dedicación que pone en su trabajo. Su talento ha llevado sus creaciones a diversas exposiciones, donde ha podido compartir con el mundo la riqueza de su patrimonio cultural.
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Durante su conversación, Nancy de Lacava resaltó la importancia de mantener vivas estas tradiciones. «Tu trabajo es un puente que conecta generaciones», dijo emocionada, reconociendo cómo el esfuerzo de Nohemí contribuye a preservar la historia y la creatividad del pueblo venezolano. Esta conexión entre el arte y la identidad es fundamental en un país lleno de matices y diversidad.
Así, mientras la tarde se despide en Aguas Calientes, Nohemí continúa tejiendo su legado, convirtiendo cada muñeca en un símbolo de resistencia y amor por su tierra. Sin duda, en sus manos, el arte se transforma en un canto a la vida, recordándonos lo valioso que es cada hilo de nuestra tradición cultural.