Alcaldia y Corpoelec se unieron para poner en marcha el Plan Pica y Poda

Alcaldia y Corpoelec se unieron para poner en marcha el Plan Pica y Poda

Ecosocialismo Gestión

En la pintoresca urbanización Los Tamarindos, situada en el corazón del municipio Diego Ibarra, se desarrolló una importante iniciativa llevada a cabo por la alcaldía de Mariara. Con una firme visión de preservar la armonía del entorno y garantizar la estabilidad del servicio eléctrico, la dirección sectorial de operaciones, junto con otros departamentos enlazados, se unieron a la empresa estatal Corpoelec para poner en marcha el Plan Pica y Poda.

Esta operación de control de vegetación, promovida por la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec), responde a la necesidad de mantener libres de obstáculos las líneas de transmisión, subestaciones y plantas de generación que se extienden por todo el país. Bajo la supervisión del Ministerio del Poder Popular para la Energía Eléctrica, este programa no solo busca salvaguardar la infraestructura eléctrica, sino también crear un ambiente seguro y ordenado para todas las comunidades que dependen de estos servicios esenciales.

“Es un esfuerzo titánico”, comentan algunos de los participantes, conscientes del impacto de su trabajo en el bienestar general de la comunidad. Estos hombres y mujeres no solo contribuyen a la seguridad del circuito eléctrico, sino que también son guardianes de un ecosistema que debe ser cuidadosamente manejado para evitar desequilibrios que afecten negativamente tanto la naturaleza como la calidad de vida humana.

El valor del Plan Pica y Poda radica en su capacidad para unir tecnología y trabajo manual en un objetivo común: asegurar que la electricidad, ese recurso vital que ilumina hogares y alimenta sueños, continúe fluyendo sin interrupciones. Pero más allá de la electricidad, esta iniciativa nos recuerda la importancia del trabajo colectivo y del compromiso humano con el progreso sostenible. En cada movimiento de poda, en cada metro despejado, reside la chispa de un futuro donde el desarrollo y la naturaleza coexisten pacíficamente.

Dia a dia este grupo de hombres y mujeres dedicados y decididos, equipados con herramientas especializadas para enfrentar el arduo trabajo de desmalezamiento. Cada uno de ellos, desde tempranas horas de la mañana, se adentraba en terrenos a menudo escarpados e irregulares, enfrentando con valentía los desafíos geográficos que les aguardaban. La dedicación de estos trabajadores es verdaderamente notable; superar kilómetros de terreno intransigente para llegar al punto exacto donde el crecimiento de la vegetación amenaza con interrumpir el flujo continuo de energía no es tarea sencilla.

Como testigos de esta poderosa misión, los residentes de Los Tamarindos expresan su gratitud y admiración hacia aquellos que, día tras día, enfrentan las adversidades del paisaje por un bien mayor. Su labor va mucho más allá de lo visible, reflejando una pasión y dedicación que servirá de ejemplo para futuras generaciones.

Mientras los trabajadores continúan avanzando, desbrozando cada área crítica, se enciende una luz de esperanza y satisfacción en la comunidad, iluminando caminos que antes parecían inalcanzables. El Plan Pica y Poda es más que una estrategia de vegetación; es un símbolo de la resiliencia humana y un modelo de cómo, unidos por un propósito común, podemos mantener el equilibrio entre la innovación y la esencia natural de nuestro mundo.